Gira la
cuchara de madera en el rojo de la mermelada.
Gira.
Cierro los
ojos. Los abro.
Vos ya no
estás...
En la
mañana oscura, lluviosa, del recuerdo,
tu cara
quedará grabada en mi memoria.
El reloj
gira, igual que la cuchara…
Lento… Despacio,
muy despacio.
La huella
de la vida fue quedando en mis manos, en mi alma, en mis ojos.
El reloj es
el mismo. La cuchara y la olla también.
Mi vida no.
Descubro
tus ojos que me miran a través del espejo.
Volviste?
La
mermelada está lista….
Y el reloj…
ya terminó su vuelta?
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